Rico intercambio de experiencias vocales

Sábado 05 de octubre de 2002 | Publicado en edición impresa

Rico intercambio de experiencias vocales
Los cantantes Laura Albarracín, Víctor Heredia y el director de Procanto Popular, Guillermo Masi.

Actuación de grupo Pro Canto Popular. Estreno del CD "Razón de vivir". Dirección musical y arreglos vocales: Guillermo Masi; arreglos instrumentales: Tato Finocchi. Músicos invitados: Víctor Heredia, Julio Lacarra y otros. El martes, en La Trastienda.
Nuestra opinión: bueno.

Con los primeros recitados y fragmentos de canciones -de Benedetti, Yupanqui y Carlos Puebla, entre otros-, con los intérpretes convocados para el disco -Gieco, Heredia, Marián Farías Gómez, Maria Creuza, Julio Lacarra y Rubén Izarrualde- y los testimonios plasmados en ritmos del folklore latinoamericano, argentino y el tango, esta agrupación dio cuenta del concepto y estilo que desarrolla desde su creación, hace 17 años.

También es cierto que muchas veces Pro Canto traslada la responsabilidad del protagonismo, algo que podría jugarle en contra en los recitales donde no aparezcan músicos reconocidos y de larga trayectoria, como los mencionados en párrafos anteriores. Los momentos más emotivos del show del martes, por ejemplo, llegaron con las participaciones de Julio Lacarra, en "A quién doy", y Víctor Heredia, con "Muerte de Atahualpa" y "Razón de vivir".

Afortunadamente, sobre el escenario la agrupación demostró que los nombres consagrados sirven para sumar al proyecto y convocar público, aunque no son indispensables ni determinantes de la calidad de esta flamante producción discográfica. Esto quedó demostrado cuando, ante la falta de algunos solistas (ausentes con aviso), tomaron la posta la cantante Laura Albarracín y varias voces salidas del seno de esta compañía musical platense, que alcanzaron el nivel de las versiones registradas en el disco.

Sin duda, los mayores méritos recaen en la tarea de su director, Guillermo Masi, y de Tato Finocchi, quien se encargó de los arreglos instrumentales. Una labor delicada para una formación que rechaza encasillamientos.

Porque no se trata de un coro, un grupo vocal ni una formación instrumental, con solista y una multitudinaria sección de voces que acompaña. La actualidad de Pro Canto es la fusión de estos tres elementos, con características propias de cada uno muy bien equilibradas. Entendido de este modo, desde el hecho artístico colectivo, y apartado de rótulos convencionales, propicia el intercambio de experiencias con otros músicos y propone una celebración del canto popular; una de esas que parecen cada vez más necesarias.

Con los primeros recitados y fragmentos de canciones –de Benedetti, Yupanqui y Carlos Puebla, entre otros–, con los intérpretes convocados para el disco –Gieco, Heredia, Marián Farías Gómez, Maria Creuza, Julio Lacarra y Rubén Izarrualde– y los testimonios plasmados en ritmos del folklore latinoamericano, argentino y el tango, esta agrupación dio cuenta del concepto y estilo que desarrolla desde su creación, hace 17 años.

También es cierto que muchas veces Procanto traslada la responsabilidad del protagonismo, algo que podría jugarle en contra en los recitales donde no aparezcan músicos reconocidos y de larga trayectoria, como los mencionados en párrafos anteriores. Los momentos más emotivos del show del martes, por ejemplo, llegaron con las participaciones de Julio Lacarra, en "A quién doy", y Victor Heredia, con "Muerte de Atahualpa" y "Razón de vivir".

Afortunadamente, sobre el escenario la agrupación demostró que los nombres consagrados sirven para sumar al proyecto y convocar público, aunque no son indispensables ni determinantes de la calidad de esta flamante producción discográfica. Esto quedó demostrado cuando, ante la falta de algunos solistas (ausentes con aviso), tomaron la posta la cantante Laura Albarracín y varias voces salidas del seno de esta compañía musical platense, que alcanzaron el nivel de las versiones registradas en el disco.

Sin duda, los mayores méritos recaen en la tarea de su director Guillermo Masi, y de Tato Finocchi, quien se encargó de los arreglos instrumentales. Una labor delicada para una formación que rechaza encasillamientos.

Porque no se trata de un coro, un grupo vocal, ni una formación instrumental, con solista y una multitudinaria sección de voces que acompaña. La actualidad de Procanto es la fusión de estos tres elementos, concaracterísticas propias de cada uno muy bien equilibradas. Entendido de este modo, desde el hecho artístico colectivo, y apartado de rótulos convencionales, propicia el intercambio de experiencias con otros músicos y propone una celebración del canto popular; una de esas que parecen cada vez más necesarias.

Mauro Apicella